Aloha chic@s!
¿Qué tal os va el veranito? Yo estoy apuntito de terminar mis vacaciones Ohhhh 😢.
En fin, qué le vamos a hacer. Sin duda no puedo decir que no lo disfruté lo mejor que supe. Entre otras tantas cosas un día una amiga me convenció para ir a un taller de cremitas de la marca Herbalife. Y bueno, no es que sea una casa que me llamara mucho la atención peeero por pasar un rato con una amiga y hacer algo «diferente» no me pude negar.
La chica se considera coaching por lo tanto al no ser especialista en piel no puede tocarnos. Así que el taller consiste en que nosotras mismas vamos aplicandonos los productos uno por uno mientras ella nos va explicando, dándo consejos, trucos, etc.
Venga va, os dejo reímos un rato de nuestras pintas! Pero así veis tal cual en que consiste el taller. Desde mi punto de vista como «actividad»; me parece divertido, se hizo muy ameno ya que dura una hora y se me pasó volando. Además ya sabéis que cualquier cosa relacionada con trucos de belleza yo encantada. Pasas un rato agradable, aprendes un montón y tienes la opción de comprar los productos si te interesan.
Peeero y ahora viene la parte delicada y quiero decir que esto es meramente una opinión personal, los productos en si no me entusiasman. Ya de primeras el tipo de venta tan «de casa» nunca me ha gustado. Se que pasan todo tipo de controles etc etc, pero creo que por el mismo precio puedes conseguir cremas de perfumería y/o farmacia más efectivas.